Su intención era exhibirlas en el Festival Interparroquial de Pifo. Los autodidactas usaron piedra, resina y arena para obtener la textura perfecta. Además trabajaron sobre estructuras de hierro, cubiertas con mallas metálicas y papel con engrudo. La elaboración de cada máscara les tomó alrededor de una semana, trabajando cuatro horas diarias. Cada pieza terminada pesa 30 kilogramos y mide un metro y medio de altura.